París afila su dardo encendido
como flecha de Cupido
en su manto azulado
de infinitas luciérnagas.
París refleja el delicado encanto
de las rosas
y tu emblemática belleza
se hace más cristalina,
más pura , más innata,
y resalta mis torpezas
que son un resumen
de mis faltas.
Y hoy estamos aquí, en París,
donde la radiante Luna
es solo un insignificante bosquejo
en el firmamento
que anuncia cuanto te
amo.
ROLANDO BLANCO PASCUAL
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