El auditorio contiene hasta la respiración.
En el fondo de la sala, alguien se apura a ubicarse.
La historia discurre: ..."El hombre sale con paso rápido de su casa"... A pocos metros, en un bar, una mujer aguarda"...
Y llega el final. La atención se traslada al habitante del fondo: un perro, sentado.
Mientras abandonan la sala, uno dice: "Parece que al perro le gusta que le cuenten historias."
Teresita Saint Esteben de Farmiñán –Dolores-
Publicado en el blog poemasenanil
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