Ya tu huerto nadie riega,
vergel florido de antaño,
y aún me duele el engaño
porque en ti tuve fe ciega.
Siempre fértil lo creías
y aunque nunca lo decías
gélido se iba quedando,
marchitando…
Fueron tantos jardineros
los que tu campo sembraban
que de abonarlo olvidaban
dejando allí sus aperos.
Recogían sus cosechas
dejando tierras maltrechas
y ahora te encuentras sola…
En la farola.
Las tierras quedaron secas
y mustio florece el pasto,
sin flores en el canasto,
jugando con las muñecas.
Se marchitaron las rosas,
marcharon las mariposas
y el polen se fue muriendo…
Envejeciendo.
De tanto ir a la fuente
tu cántaro se quebró,
el agua se derramó
y ya no crece simiente.
Entre gozos solitarios.
los cauces bajan precarios
y la sed solo mitigas…
Con tus amigas.
Los días te pasan lentos,
las noches pasas llorando
y ya no sabes ni cuando
soplaban mejores vientos.
Tus ojos ya cuando miran
solo tristeza me inspiran,
después de quererte tanto…
Pena y llanto.
Ulpiano Ulpy
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