I
La gente es desleal. Cuando sube al subterráneo
no mira más de dos palmos delante de sus ojos.
Se dedican a alcanzar lugar;
a posar , sigilosos como tordos, sobre los asientos vacíos;
o bien se desgarran a picotazos para abrirse un hueco
entre los tubos que enjaulan el vagón. Se despluman y destrozan.
Así sucede en el subterráneo.
Así sucede con el mundo.
Los pájaros que atestan el planeta
son torpes e imprudentes:
una vez que consiguen su espacio en la parvada;
se dedican a dormitar para fingir que nada pasa.
ULISES PANIAGUA (México)
Publicado en la revista Gaceta Virtual 75
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