Alguien me hace señas
para que me acerque.
Como es de noche
no alcanzo a ver su rostro,
pero advierto que es tan alto
y delgado como yo,
y en su mano sostiene un vaso
que es el mío.
Sin mediar palabras
nos sentamos en iguales sillas
y prendemos el mismo cigarrillo.
Ambos sabemos
que uno de nosotros
no existe.
Del libro A pesar de todo de SERGIO BARTÉS
Publicado en la Editorial Alebrijes
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