lunes, 3 de junio de 2013

CAMINO DE SANTIAGO

Ha llovido mucho.
Ha hecho mucho calor,
pero los peregrinos siguen
recorriendo el camino
que lleva a Santiago de Compostela.

Yo haré hoy mi camino
desde tierras francesas
con el dedo en el ratón
y la mochila en el armario
buscando la suntuosa catedral
de Santiago de Compostela.

Rápidos toques de ratón
me conducen a los nevados
Pirineos donde el frío
me recorre los dedos
haciéndome temblar
hasta que me refugio
en la Venta del Puerto.

Nuevos golpes de ratón
dejan atrás Pamplona,
el alto del Perdón,
la ermita templaria de Eunate,
la de nuestra señora del Monasterio
y la cuesta Matamulos
donde me paro a descansar.

Ansioso por llegar a Santiago
tecleo con rapidez y paso
de largo por lugares históricos
que el peregrino conservará
en sus curiosas retinas
para no olvidarlos nunca.

Ante mí la Catedral con su hermoso
y enigmático Pórtico de la Gloria
que atravieso para acercarme
a la imagen del apóstol
que preside el altar mayor.
El ratón quiere subir
y golpear la espalda del Santo
para pedir su deseo más secreto.

Una vez empapado por la suntuosidad
del lugar y la lluvia gallega
me llego a Finisterre donde el mundo
terminaba antaño. Nada había más allá.

Del libro inédito Viajando por internet de JOSÉ LUIS RUBIO

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