lunes, 24 de junio de 2013

6

Anima bella, da quel nodo sciolta…
Alma bella, del nudo desatada…
Petrarca.

Los obreros, concienzudos,
se marcharon,
dieron por finalizada su jornada,
se llevaron la vajilla, y todo lo demás, 
me dejaron,
en un acto de compasión:
dos platos, dos tazas, dos vasos
y un tenedor, el cuchillo, NO.

Se fueron los obreros
agradecidos de haber terminado
su jornada
regresaron a sus casas
donde los esperan sus señoras
y una fuente de lubinas
con patatas.

El microondas tuve que lucharlo
consiguiendo convencer
al capataz que lo dejara
para calor de mis dos platos, mis dos tazas, mis dos vasos…

Se marcharon los obreros
limpio dejaron el piso
tanto que pude verme
reflejado cual Narciso.

Sí, se marcharon los obreros,
meticulosos, concienzudos,
esquemáticos, 
con sus manos enguantadas
para no ser contaminados
por el dolor.

Se marcharon los obreros
dejando notas
de melancolía tras su marcha
por todas las habitaciones
de la casa
en las que en un pasado
no lejano
jugábamos a ser amantes
a ser humanos.

Ahora, reunido con mis dos platos
mis dos tazas, mis dos vasos,
el tenedor, el cuchillo, NO,
y el microondas
contabilizamos las pérdidas
e intentamos averiguar
el resultado de Sus ganancias.

Del libro Los Obreros (el expolio permanente) de SALVADOR MORENO VALENCIA

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