donde todo en invierno se congela,
a veces hasta la misma vida,
está la mayor reserva de agua.
Agua pura, cristalina, a la que se asoman,
paisajes de belleza extraordinaria
que el hielo envuelve y transforma
exaltando su hermosura en blanco.
Blanco y limpio, donde sin temor,
se circula y camina viendo
tras el espejo helado el profundo
y maravilloso fondo lacustre.
Siberia tiene vida y el agua
del lago Baikal es una reserva
que está incontaminada, pura,
para que la vida siga latiendo.
Cuánta vida y cuánta belleza
en ese confín tan castigado por la nieve.
Cuántos paisajes inesperados
en tan desconocido lugar.
Del libro inédito Viajando por internet de JOSÉ LUIS RUBIO
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