"¿Qué sentido tiene mirar la vida desde un monitor?". Me pregunté, soñoliento y observando las costuras de la noche. Me sedujo el contoneo de los visillos de la ventana y el posterior zumbido de la calle que me trajo el latido, como el despertar de la anestesia. Abrí de par en par las hojas de la ventana y estiré el cuello inverosímil hasta que erradiqué el efluvio catódico en el cuerno astillado de la Luna. El ventilador de la computadora era una brisa por amanecer.
MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO
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