miércoles, 1 de mayo de 2013

ME SUEÑO…


Me sueño en loca carrera
entre trigales verdes
erguidos con sus espigas.

Como rosas bellas
me mezclo entre ellas y
me mantengo en silencio…
Corre una lagartija
en busca de piedra caliente
que le dé vidilla…
correr de hormigas incesante
laboriosas eternas, sin descanso,
en busca de ese grano
que en invierno las mantiene vivas.
El canto de las chicharras
es imparable al calor
de los rayos del sol plomizo.
La calina cae sobre el campo
que invita a dormitar,
en buena sombra
a la fresquita.
Yo en locas carreras
idas y venidas
entre trigales verdes
que se van dorando por días.
El sol como fuego sagrado
les da tono amarillo pastel,
su grano prieto
es digno de ver y comer.
Descanso de mi loco correr
cierro los ojos, me alejo de mí
y dejo a la imaginación hacer…
Lluvia que se deja caer
moja a la tierra que tiene sed,
caricia dulce mi cuerpo mojado
calándose hasta la piel,
en agradable frescor…
No veo cielo, ni azul ni blanco
inexistente en mis ojos cerrados,
hueco incoloro e infinito
en el que si entro me pierdo.
Soy niña y difícilmente me expreso,
me arrastran los sentimientos
pongo la mano en la tierra y la siento.
Soy pequeña y la entiendo,
su respirar es en silencio
su palpitar va al compás del tiempo,
no le causo pena y me sonríe,
mentalmente se abre y me hace un hueco;
en él me aposento, la siembra me cobija
y paraguas no tengo pero ha crecido tanto
que me resguarda de la lluvia y el viento.
Y en esta oscuridad que me he impuesto
siento el silbar del viento,
la llegada de un gorrión contento
me picotea los pies dando saltos pequeños.
Intenta que lo entienda su nido esta
tras donde me siento,
sus polluelos hechos bolitas con frio y miedo.
Le susurro mentalmente que no tenga miedo
que pase con sus pequeños y los cobije
bajo sus alas para que estén contentos.
Se mete al nido, y al momento,
todo es algarabía de pio pio de sus polluelos.
Vuelvo a mí, abro los ojos y los veo,
maravilla de animales en nido tan pequeño
la tierra les canta y cuida
cuando su madre sale a por alimento.
Y pienso cuanto sufrirá la madre
cuando alza vuelo a por comida
y deja a sus pequeños.
Oigo ruido de arrastre y nada veo…
Salgo corriendo de la siembra
las serpientes y culebras me dan miedo.
Salgo de mi ensoñación
e intento retener todo en el pensamiento.
Cosas de niña que ya no hago,
solo las mantengo en el recuerdo.

Lola Wizner

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