en el abismo de las almas perdidas
la figura de una mujer
que contamina mi carne
que se alimenta de mis pesadillas
ávidas de su sexo.
oh mujer desnuda en el cáliz de mi cuerpo
posada estas en el santo grial de mi alcoba
mi promiscua fortuna
cabalgada en el corcel de tu destino
bella mujer, socavas mi cordura
cual carcelero catatónico de mi laberinto
tomas mi vida soez
Como cualquier copa de vino
y en las noches de mi embriaguez
como la briza del infierno en las viseras
a veces al cantar me sientes.
ESTEBAN MEJÍA
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