cicatrices de la vida,
cual mal podado jardín
en rústicos avatares
donde duele la herida
en un eterno sin fin.
Escondido en el reverso
de un olvidado espejo
consciente , me precipito.
Me consume el perverso
con estúpido reflejo
cuando más te necesito.
Parco abrazo que destila
vanas esperanzas tercas
como suave murmullo
desde brillante pupila;
pero, mientras más te acercas,
mucho más lejos te intuyo.
ROLANDO BLANCO PASCUAL
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