sábado, 4 de mayo de 2013

ADOLESCENCIA


Algunas noches,
sólo,
caminando por las calles,
borracho,
quería llegar a casa sin saber que el nido que iba resquebrajando
paso a paso
era el preludio
de la madurez.

No sabía mi cuerpo,
que mi cuerpo,
habitado de extraños,
hormonas
y estupidez
era,
sería,
el epicentro de la furia de la naturaleza.

Bebía sin saber cómo
ni qué hacer,
y paseaba
solo
por las calles,
borracho.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

No hay comentarios:

Publicar un comentario