Dejándome tan solo cuanto otrora
Arriba solamente la nublada
Nocturna y más soturna madrugada
Que tanto tormentosa se demora,
La vida se deshace y al fin devora
La dicha que pudiera imaginada
Tornando polvorienta toda estrada,
Extraño desear en vano aflora,
La luminosidad, bella y serena,
Sin nadie, soledad, ruda envenena
La turba dominado el sideral
Espacio que pudiera ser más claro,
Solo e estigmatizado me deparo
Con un mundo cruel y desigual…
MARCOS LOURES
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