no acierto con la extremada plenitud de la agonía
que me condena a la paciencia: lazarillo impávido
voy ladero de la muerte al borde del barranco de tu cama:
mi fe avanza impune por todos los rituales
y se evapora como caldo envenenado.
entonces, cuál es nuestra grandeza, Señor?
cuál es la Tuya?
lo peor es no morir ahora
no todavía.
ALFREDO LUNA (Catamarca-Argentina)
Publicado en la revista Gaceta Virtual 75
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