Revista Azahar
lunes, 29 de abril de 2013
A AQUELLOS, QUE SE ESCONDEN TRAS EL VISILLO
Imitas una suave vibración
de dulces palabras
esperando música celestial
para tus oídos y calmar
la hambruna de tu ego enfermizo.
Recibes el mismo sonido.
El que vibra y huye
despavorido.
Nada queda
solo vacío.
MERCEDES DUEÑAS
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