Con el tiempo aprendemos la medida
exacta de las cosas, y en regreso
a su historia privada, golpe o beso,
redescubrimos la ocasión perdida.
Monologo a las sombras de mi vida,
las que fueron ayer de carne y hueso;
aún tengo mucho que decirles, y eso
reaviva cada gozo y cada herida.
Ellas no me responden, mas no importa;
les asigno respuestas, y conforta
mi corazón saber que están de acuerdo.
Cada una de ellas escogió un camino
con meta divergente a mi destino,
pero nadie me roba su recuerdo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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