viernes, 1 de febrero de 2013
RECUERDO...
Recuerdo un lugar del mañana en el que mis pies no caminan el suspiro.
Un lugar, una calle tal vez, que será tan rica y es hoy tan pobre.
Sentados en el banco de mi senectud, encolerizadas, las lenguas de dos amantes
quinceañeros, me adornan el paseo y me diré:
Esa calle no termina en un bordillo, tan siquiera en un puente, una avenida, una flor.
En un rincón de los sueños que padezco
existe un árbol aún no plantado.
Yo buscaré con mis manos su tierra fértil, antes de que él sepa de los frutos
que han de dar sus ramas:
Ojos que no han de quitar la sed
sino que profesarán la religión del hambre.
Digo, que he de conocer la joya enquistada en el vientre humano:
¡Cuánto fruto olvidado, cuánta tierra despoblada,
Qué amor merezco y mereces, caminante!
De un rincón en los sueños que habito
recuerdo un lugar del mañana donde, en una calle tal vez,
existe un árbol de lenguas inocentes
que besan con bravura los vivos espacios que conozco y que olvidamos.
Eduardo Flores
Publicado en el blog lamuertedelsuspiro
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