miércoles, 20 de febrero de 2013
LO VI PASAR
Hoy lo vi pasar. Mis ojos se aferraron a los suyos de una manera tan poderosa que no podían desprenderse.
Él también me miró, pero su mirada fue diferente, hablaba, decía palabras que sólo mi corazón sabía descifrar.
El tiempo se hizo pasado y el futuro se borró.
El presente era etéreo, angelical; campanas sonaban en mis oídos, mis brazos acariciaban el soplo tibio del verano, mi cabello se llenaba de estrellas, mis manos florecían transformadas en nardos que inundaban el aire con aromas profundos y dulzones.
Y ahí estaba, mirándome, llenando todos los espacios con su presencia, con sus formas, con esa mirada que me contaba de sus días en soledad.
Inconscientemente comenzamos a acercarnos, nos separaban sólo metros para que nuestros cuerpos pudieran tocarse y reconocerse aún más, pero alguien lo llamó, nombrándolo y diciéndole que la ayude con el maletín.
En ese momento sentí que el mundo era absorbido literalmente por un embudo oscuro que se llevó miradas, sensaciones, pensamientos, añoranzas, recuerdos, pasado, presente y futuro.
Es por eso que digo que hoy lo vi pasar, sólo eso: pasar.
Marta Díaz Petenatti
Publicado en la revista Arena y Cal 200
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