Soy la sombra
en el inverso del espejo,
la oración del crucifijo al revés,
la que purga
en esta tierra de cristianos
la condena
de desearte por placer.
Soy serpiente
con los senos afilados,
tú mortal
en la cuenta de mi haber.
Me hago carne
de los huesos perturbados,
sangre infecta
en los torrentes de tu ser.
Soy presencia
en los temores de tu alma,
turbulencia
que te excita hasta los pies.
Exorciza
de mis labios las urgencias.
Soy sicaria
del destino de tu piel.
Gabriela Abeal
Publicado en el blog teresaeneltiempo
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