La tarde giraba como un barco
con voluntad de pan
y empuñadura de juguete nuevo
él llegó con su ración de pájaro en la frente
y aquella vieja moto
ella traía un sol empecinado en su cintura
y una canción de pólvora en los brazos
se encontraron en el instante justo
en que los pueblos arrojan sus muelles a temblar
él se quitó la intemperie
y un pantalón que alguna vez fue azul
ella apoyó sus rodillas en el suelo de tierra
y con sumo cuidado
desató su cabello de los dedos del aire
después
en un lugar
dolido de humedad y otras barbaridades
los dos cuerpos pusieron los ojos a cantar.
Del libro Contraseña de
Jorge Boccanera -Argentino-
Publicado en la revista Estación Quilmes
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