viernes, 25 de enero de 2013

EL VATE…


«El Poeta es un pequeño Dios»
Vicente Huidobro

Es un nómada infatigable,
y un ubicuo movible.
En todas partes presente,
acá y acullá siempre oyente,
por cuestas abajo y por arriba sudando.
¿Qué vientos terribles lo arrastran más allá de sí…, y de los mares?
¿De dónde hubiera sacado lo divino en él abrigado?
Dos veces cantor:
versos de miel, de cara a la aurora,
y aquéllos de hiel, con el crepúsculo platicando.
En su balanza encinta de seda y marfil,
van desparramadas sus quimeras y sus inquietudes.
Soñador de soledades, misterios y madrugadas.
Fontanar de aires y aguas incesantes.
Relámpago de suspiros alumbrando abismos.
Dueño de fuegos encendiendo patrias sin visado.
Las sombras persigue de amores fugaces,
y acompaña el hálito de las brisas nocturnas.
¡Alma cándida y oficio ahogado en las penumbras
de su ocio hortelano y duradero!

¡Oh bajel de alegrías hacia puertos nebulosos!
¡Oh jardinero llorando por árboles deshojados,
sus almas dolidas, y sus rosas mustias y polvorientas!
Ensánchate y aférrate a tu voz ¡oh Poeta!
Yo te tiendo la mano y yo te pregunto:
¿qué sería de los paisajes tétricos,
de los pajaritos lúgubres,
de las sonrisas lánguidas,
de los rostros héticos,
de los corazones taciturnos,
de las lágrimas derramadas,
de los mares enfurecidos,
y de los cielos entristecidos,
si de mis orejas viniesen a faltar tus sombras sonoras y quijotes?
¡Ay de ti, demiurgo de tinieblas y recovecos!
¡Ay de ti si te acaban en basura de dejamientos y olvidos!
Si tú te murieras en soledad y sin testigos,
¿Qué sería de las voces “escasas”,
pletóricas de orfandad mortuoria
en aquellos oídos nutridos de sombras y fantasmas de arena?

Boussad
Publicado en la revista Tántalo 65

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