martes, 1 de enero de 2013

CORTA ESPERA


Hace millones de siglos que no se nada de ti.
Desde entonces han vuelto a brotar de mis encías, dientes de leche y las escamas de mi piel degeneraron en puro músculo.
Mi pulso es como relojes de arena humillada que gotea sobre sí misma buscando tu nombre entre las piedras.
Hace millones de siglos eras una copia exacta de como eres ahora entre mis brazos fríos.
Pero, la electricidad que supura mi espalda no es obstáculo en la espera.
Y si mis ojos están rojos es porque sus iris son de mercurio, titanio y pereza.
Y si a veces me muerde el violín de la desidia
¿qué son millones de siglos para las cenizas?

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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