Acúname con la brisa,
que no quiero despertar,
pues la noche me dejaba
gastado en su pulular.
Hoy me queda la mañana
para así descansar,
y reparar mis huesos
cansados ya de bailar.
Acúname con la brisa,
que quiero a tu lado estar,
y abrázame aunque dormido
y así contigo soñar.
Tu perfume yo respiro
y me anhela en su flotar,
y me riega los pulmones,
y es como volverte a besar.
Acúname con la brisa,
regada con tu respiración,
sólo tú mi sonrisa,
sólo tú mi devoción.
Miguel de Asén -Madrid-
Publicado en la revista Archivos del Sur
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