domingo, 30 de diciembre de 2012
LAS ONDAS SILENTES
No busques más.
El tiempo a destiempo no sirve de nada.
Has perdido tu angélica asexualidad
Y ya es tarde para las nínfulas durmientes.
Despierta, Mujer...Sufre la metamorfosis.
Tu contorno de hembra cambia ahora
al antojo de las agujas punzantes de un reloj.
La carne se convierte en vaivén hipnótico
de ondas silentes que modulan tu cuerpo.
Eres recorte danzante entre dos curvas caprichosas.
No te mires más en el espejo,
donde un día, tal y como hoy, te quedaste atrapada.
Las ondas silentes continúan su baile, se mueven y se estiran,
mientras te pierdes dentro de su acordeón delirante:
eres grande, pequeña o, tal vez, un monstruo.
Sigue esta melodía chirriante que te somete al trance.
Esas líneas onduladas dibujan caminos humanos
Llenos de curvas sibilinas y cinturas que se estrechan
en silueta de dos copas rotas que se unen por la base y,
sin darte cuenta, aparecen uno tras otro los barrotes.
Tú, animal cautivo en una celda de reflejos,
contempla cómo te pervierten las olas silenciosas.
No te reconoces –no sufras...-, ni nadie lo volverá a hacer.
La geometría corrupta te disecciona:
La curva ha dado paso a la recta.
Ya eres presa de un cubismo carnívoro.
Mírate, hembra estéril de pechos seccionados y triangulares.
Tus piezas ensangrentadas se disponen
en un llanto de cubos y orden mecanicista.
No cierres los ojos –no sufras-... El baile ha acabado.
Vivirás para ya siempre dentro de un marco,
contenida en la planicie y la perspectiva alegórica.
Cuelgas en una sala de ordenada humedad y temperatura
con el horror de la dolorosa sonrisa permanente:
“Muchacha con sombrilla”- Él te ha capturado.
LUCÍA DE FRAGA
Publicado en el blog luciafraga
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