sábado, 29 de diciembre de 2012
LA NOCHEVIEJA DE MONTALBANO
Pasarlo bien con una lectura no quiere decir en absoluto que ésta tenga que ser trivial, todo lo contrario, la literatura, si ofrece calidad en un buen entretenimiento. Pasarlo bien es un arte si acompaña el buen gusto, una maestría por parte de quienes saben elegir. De esto se trata en el caso del famoso y popular escritor italiano Andrea Camilleri que hoy releo. En ocasiones, lectoras y lectores, me señalan que nunca hago una crítica sobre un libro malo. Siempre respondo, que para qué, cuando existen tan buenas obras pese a la presión comercial que compra a los críticos como si fueran garbanzos o lentejas de Rajoy que, precisamente no son aquellas de Negrín por una causa justa y no facinerosa. Aunque por otro lado si que denuncio los tongos de muchos premios por la complacencia y complicidad de jurados que aceptan estar al servicio de los intereses puramente comerciales, dando la espalda a la calidad literaria sin importarle que con esa impresentable actitud perjudican al lector de un país que para colmo lee poco y no bien en muchos casos.
Camilleri siempre cuenta con su fiel y embriagador protagonista el comisario Montalbano, en esta ocasión protagonista de veinte historias cortas, siendo la que cierra el libro la que le da el título. La maestría de este escritor más conocido por sus novelas largas, de nuevo saca toda su artillería crítica y humana con estos relatos cortos. Con sus más variadas e inverosímiles paradojas que la vida cotidiana tienen su desarrollo en la sociedad siciliana, acompañadas del estimulante complemento de la buena cocina popular, lo que al lector más impasible le puede despertar el apetito. Cualquier detalle provoca un relato, bien sea un robo o una pasión amorosa a veces agazapada en el tiempo, las venganzas familiares, esas mafias; todo narrado con un amplio sentido del humor y una humanidad que consigue captar de manera muy hábil la complejidad, de los triunfos y derrotas de tan diversa gama de personajes.
Como lector asiduo de Camilleri y solidario con sus criterios y comportamiento ante una sociedad tan contradictoria como la actual, el derecho a gozar por parte del lector y lectora con la heterodoxia del comisario Montalbano está garantizada, su crítica irónica y afilada, contra las incongruencias de este mundo, donde gente metidas en las esferas de la política y las finanzas pueden desviar grandes sumas de dinero y quedar inmunes ante los tribunales, mientras cualquier desgraciado tiene que pasar unos meses o años de cárcel por cualquier robo insignificante; paradoja de lo grotesco si ambos tipos de delitos son colocados en un peso con el fiel en su punto.
Intento despertar el interés por el discurrir placenteramente por una lectura amena y bien estructurada con el aliño de aventuras y desventuras de relatos, modalidad nada fácil para muchos escritores. Y que con Camilleri se logra recrearse con la trama de los planeamientos y curiosidades de compromiso y denuncia que no cae ni por descuido en un realismo a ultranza, sino que va mostrando los sucesos de la vida cotidiana, una cadena que produce múltiples avatares, consiguiendo en todos ese equilibrio que en el arte de la narración corta alcanza la máxima sencillez sin caer en la rutina ni en la complacencia.
Francisco Vélez Nieto
Publicado en el periódico digital El Libre Pensador.
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