jueves, 29 de noviembre de 2012

AUNQUE SE TE ESPERA


Era como si el día hubiera muerto
en abandono de silencio y niebla,
y extendidas las manos,
yo buscara tus ámbitos a tientas.
Te habías hecho sombra,
o mis pupilas se quedaron ciegas.
Siempre habías llegado
tan puntual, tan gentil, como la ofrenda
que sabe combinar alborozada
roja sensualidad, blanca inocencia.
Eras la línea curva,
y eras también la recta;
hecha toda de dedos y de muslos,
de cintura, de senos y caderas.
Los ojos te miraban
como el paisaje que explorar quisieran,
o catedral de torres invertidas,
o itinerario en que se imprimen huellas
que no perturbarán aguas ni vientos,
ni otros pies; no hay más pies en esta tierra.
Y hoy, de repente, oscuridad y calma,
y desaparición de tu silueta.
¿Te has ido ya, o se han evaporado
las cosas que te cercan,
la luz, el calendario, los colores,
el temblor, que establecen tu presencia?
En esta oscuridad recién llegada
en que mis manos la pared tantean
y tropiezan mis pies, siempre en tu busca,
me flaquean las piernas,
y de llamar tu nombre
tengo seca la lengua.
¿Será verdad, tal vez, que ha muerto el día
porque no vienes, aunque se te espera?

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

No hay comentarios:

Publicar un comentario