Se han perdido en nuestra sociedad irremediablemente los valores humanos, esos que hace unos veinte años o algo más se valoraban en todos los ámbitos sociales y ahora se ha caído en una permisividad excesiva y así nos va en las relaciones humanas interpersonales. En las escuelas e institutos se ha perdido el respeto al profesor por parte de los alumnos y de los padres y siempre debe prevalecer el sentido común y observar un respeto mutuo por ambas partes y en libertad respetando cada uno su parcela, sin llegar a situaciones surrealistas, que con un diálogo fluido llegarían a buen puerto y olvidar enfrentamientos ridículos y absurdos.
Nuestra sociedad y la publicidad incentiva y cada vez más el triunfar en la vida, cueste lo que cueste y a costa de lo que sea y se adora al becerro de oro personificado en el dinero, que si no lo tienes o escasea en tu vivir cotidiano, te consideran un paria social. El poderoso caballero Don Dinero manda en todo, en las finanzas, en la política, en las religiones y se te valora por tu estatus social, pues tanto tienes, tanto vales y se menosprecian valores humanos éticos, como la solidaridad, la humildad, la sinceridad, pero no hace falta llegar a la utopía para conseguir entre todos un mundo más justo, donde nadie pase hambre, pues con los recursos materiales mundiales bien distribuidos, todas las personas podían estar alimentadas, pero los recursos con la crisis son escasos y su distribución se hace rematadamente mal por parte de los gobiernos, instituciones, oenegés y grupos afines y además están mal gestionados y en su intermediación se pierden las tres cuartas partes de ellos y es una vergüenza que ello ocurra en las sociedades democráticas que tienen recursos para hacer las auditorias correspondientes y los que manipulen los datos o mientan o se enriquezcan a costa de los demás, sean llevados a juicio y paguen por ello…
Juan Montero Lobo “Visnú” -Segovia-
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