Rasgando pómulos,
hay lagrimas que matan.
Intramuros,
se nos pierde el alma,
los imposibles,
se nos escapan.
Es que no debería,
exisr la nostalgia.
Donde hay boca cerrada,
hay ojos abiertos al techo,
labios cerrados al beso.
Donde hubo amor,
hoy hay
soledad, piedra, mármol.
Cuatro paredes,
son las que marcan
el empo.
Sin horas.
Sin palabras,
Algún sueno
iluso, desbocado.
Sin palabras,
y esa lagrima asesina…
Alberto Federico Córdoba Basualdo
Publicado en la revista LetrasTRL 46
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