A la orilla del mar soy la sirena
si la luna me baña sosegada
y se siente mi voz entrecortada.
Susurrante la brisa alza mi pena.
La noche ya patina más serena
sobre líquida pista azul salada
y descuelga mi estrella enamorada
la rebosante piel de luz morena.
Si el marino navega por los mares
del olvido en las noches estelares
no merece las flores de la ausencia.
No me conmueve tu arte del sentir
pues tengo que soñar por no morir
al no poder vivir sin tu presencia.
María Jesús Lozano Cáceres, Gran Canaria
Publicado en la revista Carta Lírica 40
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