martes, 31 de julio de 2012

TIERRA 2.0


Su misión estaba suficientemente clara y, como ordenador, cumpliría con ella.
Cuando determinados niveles en la atmósfera, en el agua o en el aire fuesen superados o no alcanzados, él simplemente despegaría y se alejaría del planeta muerto poniendo a salvo al Banco Mundial de Especies Terrestres. Después buscaría uno nuevo, un lugar en el espacio en el que la terraformación fuese viable y lanzaría la bomba cargada de vida para iniciar una nueva evolución.
Comenzaría así la construcción de una nueva Tierra, una versión mejorada del original, en la que un científico, un hombre, no había tenido el valor de eliminar a la razón última de todos los problemas: el virus, un hombre como él era.

Luisa Hurtado González (España)
Publicado en la revista digital Minatura 119

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