Las sombras de los seres que he perdido;
la luz de los que amo en el presente,
el odio de mi sangre, el más vehemente;
el sueño de mi alma más querido.
El aliento de gloria que ha esparcido
primavera en el aire transparente;
todo se me ha hecho vano de repente
contemplando tu rostro dolorido.
El poder del recuerdo abre las fosas,
y el odio y el amor pueden más, tanto,
que renueva sinfín todas las cosas.
Un dominio supremo, el del encanto,
ejercen los ensueños y las rosas...,
¡pero a todo poder vence tu llanto!
Carlos Fenoll Orihuela, España – 1912 - 2012
Publicado en la revista Isla Negra 316
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