La boca de una niña que había estado mucho tiempo entre los juncos
estaba como roída.
Cuando le quebraron el pecho, el esófago estaba muy agujereado.
Por fin, en una pérgola bajo el diafragma
hallaron un nido de pequeñas ratas.
Una hermanita yacía muerta.
Las otras se alimentaban del hígado y del riñón,
bebían la sangre fría y pasaron aquí
una hermosa juventud.
Y hermosa y rápida las sorprendió la muerte:
a todas las lanzaron al agua.
¡Ay, cómo chillaban los pequeños hocicos!
Gottfriend Benn (1886 . 1956) Alemania
Publicado en la revista La Urraka 30
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