Tus lágrimas hacen surcos en la caricatura de ti que crees es tu corazón. Son, tus lágrimas, como lava hirviendo que recorre tus mejillas tu cuello tus nervios tu luz, hasta gotear en tu corazón con sonido hueco. Tu corazón caliente destrozado despiadado por el odio del sinsentido. Y tienes un depósito lleno de lágrimas que rebosan de tus huecos a borbotones. Lágrimas como el chorro de pus de la desesperación, como las estalactitas de una cadena perpetua. Luchas, finges, te desesperas pero las lágrimas siguen siendo el torrente incesante que gime desesperado arrastrando la furia la injusticia la rabia. El viento lloverá cicatrices empapando los labios de amaneceres resecos como montañas de ceniza. Las curvas de los días flotarán como meandros de lágrimas. Lágrimas que serán alfileres como llagas. Y el corazón, un despojo en una ciénaga, derramará como un náufrago lágrimas de un arroyo seco.
GUILLERMO JIMÉNEZ PÉREZ -Mérida-
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