Si en un soneto cabe la tristeza
en un soneto cabe la alegría
y yo por ti, mi Amor, sonetearía
el tiempo intemporal de la belleza.
Si cabe en un soneto la grandeza
en un soneto, oh, sí, también cabría
nuestra microilusión de cada día
y un minúsculo hueso de cereza.
Que en un soneto cabe tu ventana
con tu calle, tu casa y tu tejado
y el espíritu infín de la veleta.
Y cabe en un soneto una manzana
junta con todo un huerto y un mercado
y la frutal memoria del planeta.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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