Oculto bajo el alma, en esa zona
en que se albergan pieza sobre pieza
episodios y nombres, donde empieza
la sombra del olvido, y arrincona
sus bártulos la historia, y su corona;
en esa cripta escasa de grandeza,
archivo cuanto ayer fuera riqueza,
y es hoy trivialidad que se abandona.
Nunca la has visto; el centro preeminente
que en mi espíritu ocupas, no consiente
que te turbe el rumor de mi subsuelo.
Soy nuevo para ti, recién nacido,
si con la madurez del que ha vivido,
con el candor de vírgenes sin velo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Angeles-
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