lunes, 25 de junio de 2012

OPIO


¡Me casarán con la tristeza!

Mi tierra
negra y de sol
—a mi Madre―
que entona tristes melodías
en noches de fiesta
cuando la luna ríe
y la enigmática floresta
murmura ritmos de jazz
—a mi Madre―,
me dio Tristeza en casamiento
cuando nací.

No tuve infancia
ni juventud,
no tuve la alegría
de la primera edad
por culpa de este noviazgo prematuro
y senil.

Mis pesados días son ilusiones,
mis placeres, amarguras,
la Felicidad y la Vida,
sueños.

Yo mismo soy una ilusión.
Soy la irrealidad.
Soy sueño.

Porque la realidad es la Tristeza,
y no la quiero así.

Para olvidar
y no recordar mis amores,
mis ideas,
fumo opio.

Yo sensualizo la Vida:
bebo el brillo de la luz
cuando trabajo al sol
que quema los hombros desnudos;
gozo el sadismo del fuego
cuando bailo en la hoguera
y la leña se retuerce,
sufriendo
como mi sufrimiento
comprime el alma.

Gozo,
gozo ingenuamente
al fingir que no sufro;
¡lloro como quien ríe!

Fumo mi opio
para soñar.

Agostinho Neto (1922 - 1979) Angola
Publicado en la revista La Urraka 29

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