No fue el Apocalipsis provocado por la ira de Dios. No fueron civilizaciones avanzadas del espacio sideral, ni siquiera la necedad de los propios hombres cuando en ocasiones estuvieron a punto de destruirlo todo.
Tuvo que ser la determinación del esquilmado planeta, ya arto humillaciones. Tuvo que ser su piel ajada y reseca la que un día gritara sangre de azufre y brotara por sus pústulas la ira incandescente de su núcleo.
Con los recuerdos y con su culpa como único equipaje, se fueron sin mirar atrás. Sin saber a donde. Sin saber por qué; pero con la terrible convicción de jamás regresarían.
Deisy Toussaint (República Dominicana)
Publicado en la revista digital Minatura 119
No hay comentarios:
Publicar un comentario