De cada sitio donde nunca estuviste
que tu solapa aún
guarda ese perfume que ni siquiera te rozó.
Sentado con la niebla en la estación
ves llegar un tren a lo lejos
donde caben todas las miradas vacías.
Pasajero en blanco
crees que las ventanas a veces renuevan la ilusión.
Pero al llegar la noche
entre los dientes de tu cuarto
doblas la ropa y los papeles para otro día
que abrirá otra vez su boca oscura
hasta morder tu sombra que adelgaza
que se ha llevado todo.
Alfredo Palacio Buenos Aires, Argentina
Publicado en la revista Isla Negra 316
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