(al periodista costarricense Roberto González S)
Un rayo de sol
en invierno
hiere mi corazón
que late apresurado a
golpes de sangre.
En mi cabeza un torbellino
no cesa de girar
y mis ojos
inundados
lloran dulzura.
El amor vive
voluntariamente preso
en un cortejo
de voces invisibles…
y el sol guarda
mariposas ciegas
calcinadas en
su propia llama.
Desde la distancia
mi alma
anhelante…
Espera.
Azucena Caballero. Chile
Publicado en la revista Oriflama 16
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