Heme aquí sentado con ella,
sí, mas no con aquella en que estáis pensando,
con esa que protege mi querella;
no es la madre, ni la amante, ni la esposa a quien estoy hablando.
Es simplemente ella.
¡Bah!..., mejor es ignorarla antes que...
Sí, que se vuelva un sentimiento...
aquel que doblega y manipula, que...
Sí, que se convierta en encantamiento...
ese obnubilador de sentidos y enredador de ideas, que...
Me mira en este estado, mas ella jamás se va.
Es luchadora incansable del cotidiano acontecer,
asedia día y noche, ella jamás se va.
Aunque se tomen medidas no cambia de parecer.
Obstinada y pendenciera allí, ella va.
Deja unos, toma otros y siempre deja sollozos
y aun así es amada, un amor nacido dentro del odio.
Ayuda, a unos y a otros, a salvar destrozos.
Así el cansancio raye en el tedio.
Ella no repara en viejos y mozos.
¡Bah!, siempre ella...
De la colección Laberintos de JUAN DE DIOS MENESES CARMONA -Colombia-
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