Quiero atraparte, aunque no sé quién eres,
ni tu edad, ni tu imagen, ni tu idioma;
no sé si estás en Nueva York, o en Roma,
en Madrid, en Atenas, en Amberes.
No obstante te percibo, te me adhieres
como lapa obsesiva; y el aroma
de azahar, el zureo de paloma,
la sensual languidez de otras mujeres
te otorgan realidad, aunque invisible,
te recrean en mí, tan accesible
como si te llevara de la mano.
Te conozco tan bien…sin conocerte,
que he llegado a vivirte y a quererte,
aunque una voz me increpa que es en vano.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Angeles-
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