La oscuridad
que se planta sobre la piel
sabiendo
negra esperanza
de un amor que, quizá
ha de volver. Sigue
la noria su sed
derramando
los campos yermos regando
por la cansada canción
que programa el corazón
que mudo muere entonando.
JOSÉ LUIS MARISCAL -Horcajo de Santiago (Cuenca)-
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