Ahora el río me asalta de repente
y veo como poco a poco va creciendo
porque en ti va entrando el mar
haciéndote grande, muy grande.
Te puedes hacer más grande
que a veces te has llegado
a meter en las casas asustando
a los vecinos que han recibido a un invitado
inesperado al que nadie invitó.
Paseaste por las calles con furia
y destruiste algunas aceras
y dejaste mucho barro, mucho barro
y mucho miedo en los vecinos.
Hoy corres tranquilo y nadie diría
que fuiste capaz de recorrer las calles
y mostrar tu mal carácter
y tu enorme e imparable fuerza.
Tu nombre no importa a nadie.
La ciudad que cruzas puede ser
cualquier ciudad de nuestra Andalucía,
o tal vez de nuestra España.
JOSÉ LUIS RUBIO
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