Para los seguidores de la inacabable y rica obra completa, tanto en verso como en prosa, de Juan Ramón Jiménez el final de 2009 nos dejó un inmenso y agradecido regalo, la edición total de su libro Guerra en España
Francisco Vélez Nieto
“Siempre he pensado, que Juan Ramón Jiménez, en España o fuera de España, allí donde se encontrase, estaría con nosotros, con los amantes del pueblo español, del lado de nuestra gloriosa República. Y deseaba- porque nunca faltan malsines que gustan de enturbiar la opinión sobre la conducta de los excelentes- que esta convicción mía ganase la conciencia de todos”.
Antonio Machado, (Valencia, 12 de septiembre de 1937)
Obra imprescindible del poeta de Moguer, auque ya desde 1985 era posible deleitarse con una primera edición -involuntariamente incompleta por muy diversas razones-, que corrió a cargo del inolvidable Ángel Crespo (1926-1995). Poeta, profesor, ensayista, traductor de Dante y Pessoa, entre otros, crítico de arte y buen conocedor de la vida y obra del inmenso e inabarcable en su totalidad poeta y prosista andaluz Juan Ramón.
Y por su valor e importancia, por ser tan necesaria como imprescindible, debemos propagar que esta rica y crítica obra, por su actualidad perenne, para quienes deseen conocer con absoluta claridad, secuencias con rigor histórico de los complejos tan conmovedores como dramáticos años de la II República, la contienda civil y el exilio español. Que ahora cuando se ofrece en bandeja libre de toda censura. Para ello, ha tenido que transcurrir como medio siglo con muchos y diferentes entresijos políticos y sociales, culpables de esta laguna documental e histórica que esta Guerra en España portaba consigo. Porque que parece no cesar esa nostalgia de muchos de tirar al monte, a falsear la historia del siglo XX, tal vez, porque en el fondo saben que son culpables de que este pueblo no sea de una vez transparente con su historia. Gente siempre dispuesta a helar el corazón de los españolitos que van llegando a estos pagos. Esa son las razones pese a vivir ya España con la joven democracia de nuevo amenazada con unas Reformas que aterrorizan.
Algo que en absoluto resta el reconocimiento y responsabilidad de aquella que con valentía y compromiso inició Ángel Crespo primera edición en 1985 de tan necesaria obra. Reconocimiento que ahora se viene cumpliendo con esta excelente revisión y ampliada edición a cargo de Soledad González Ródenas editada por la Editorial sevillana Point de Lunettes. Fortuna y acierto, gozo y tristeza, leer una obra que no solamente eleva la altura del gran poeta, pues también al mismo tiempo derrumba tópicos y reduce el enrevesado y a veces chistoso anecdotario que tanto continúa desfigurando la personalidad, complicada, si, pero de intelectual y fidelidad insobornable de este andaluz universal a una causa que asumió como suya propia. La de su amada patria y muy especialmente su Andalucía sin fronteras
Como muy bien advertía Ángel Crespo en su primera edición “el libro tiene por su naturaleza un valor histórico y literario que lo hace distinto al resto de su obra, tan fuertemente impregnada de un lirismo atemporal y trascendente que, por decidida voluntad del autor, separó de manera neta la poesía de las circunstancias sociales y políticas del momento” Gran certeza y compromiso que, al mismo tiempo sitúa en el justo espacio aquello que por rigurosidad histórica y valor literario le corresponde a tan enorme y exigente creador de verso y prosa. Un español, que desde lejos de la patria defendió a la II República y los valores de la libertad con integridad y compromiso ideológico fiel al Gobierno de Azaña y a sus propias creencias, siempre desde la insobornable visión crítica independiente, cuya dimensión despierta admiración emocional a medida que se va midiendo la altura de su claridad de contenido, ese especial protagonismo de un poeta y prosista de precisa sencillez de mundos y paisajes.
Señala Andrés Trapiello que nos encontramos ante “la gran novela de la Guerra Civil española” Si no fuese porque todo el libro es demasiado verdadero: el miedo, la indignidad de muchos intelectuales”, y me permito sumar a estas opiniones, que también es una sólida y aplastante obra demoledora de falsas historias. Un modelo de lo que de verdad debe de ser el compromiso político –sin partido- e intelectual de todo creador. Y es que ciertamente su contenido es rico y diverso, magistralmente testimonio de realidades, de espacios vividos de un incansable observador. Resultando imprescindible sumergirse en ese siglo XX con más lutos que alegrías...
Sensitiva vivencia que pese al tiempo transcurrido desde el comienzo de su escritura y recopilación de hechos perfectamente expuestos a partir de 1936 hasta su fallecimiento en Puerto Rico, cuando soñaba con su regreso a España envuelto en le dolor y el llanto por la ausencia de Zenobia, mantiene la cordura y frescor palpitante con impresionante claridad, verdad de una conducta moral intachable a la vez peculiar, paralela al dolor que supuso aquella tragedia nacional y mundial, plagada de oscuridad, falsedades y también la nebulosa patriotería entre muchos. Actitudes vividas, vencido por los años sin lograr al final de su andadura de andaluz latente y errante, volver a contemplar el azul de los cielos de Moguer. Una obra que deshace anécdotas y dimes y diretes que no terminan de sucederse, alargándose en la inacabable posguerra; torrentera y polémica, escalada repetitiva de tópicos, que han venido desfigurando la auténtica personalidad del muy difícil y a la vez sencilla Juan Ramón Jiménez. El poeta del nostálgico y doloroso destierro húmedo de ausencia del Sur
Abrumadora obra divida en diversas partes que van sucediéndose como una novela de realidades que abarca el agitado capítulo de la historia de España en la II República, la trágica Guerra Civil, el exilio y los exiliados, las discrepancias y a veces duros enfrenamientos dialécticos, por esa vivencia a favor de un país libre y democrático, apostando por la transformación social y cultural, siendo muchos, los mejores, los que apostaron por idéntica basa. Un libro clásico y perdurable, de hoja perenne, que se abre con un prólogo del poeta de España, Antonio Machado, y se cierra con el dolor del exilio, la vejez, la pérdida de Zenobia. “No me sería posible vivir en España” Constancia y suma de un contenido con multitud de muestras y fragmentos de vidas rotas, vivencias y dolor por una tierra amada, el latir tan cerca y tan lejos de su Andalucía, siempre soñada y deseada desde la angustiosa soledad de la derrota. Sin por ello perder el estilo, la separación de lo político y lo poético. La defensa de la verdadera poesía de quien fue y es el mejor poeta de España.
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