Se enamoró de una nube
el naranjo en flor de sueños;
de una nube caprichosa
y a los caprichos del viento.
De una nube, de una nube,
raíz a raíz sediento,
se enamoró aquel naranjo
que quería ser ala y cielo.
De una nube narcisista
sin alma y sin sentimientos.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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