En el principio creó dios los cielos y la tierra. Pero la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas la poblaban. Y dijo dios -Sea la luz y las aguas y descúbrase lo seco-. Y llamó a lo seco Tierra y a la reunión de las aguas llamó Mares. Después dijo dios -Sea la hierba verde que dé semilla y ésta sus frutos. Sean las bestias en el Mar y en la Tierra-. Y dios los bendijo, añadiendo -Fructificad y multiplicaos-. Luego dios declaró -Hagamos a un ser a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos y en las bestias en toda la tierra-. Y creó dios al macho y a la hembra, a su imagen y semejanza los creó y por ello cubiertos de pelo los creó y capaces de aullar. Y los bendijo Dios y les dijo -Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra-. Y dios plantó un huerto en Edén, al oriente y puso allí al macho y a la hembra que había creado. Y dios les dijo -Todo animal y todo fruto del huerto podréis comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comeréis; porque el día que de él comiereis, una maldición os perseguirá-. Y vivieron en aquel vergel, hombre y mujer, felices sin ninguna necesidad, hasta que el aburrimiento apareció y se instaló en sus mentes. Y, para calmarlo, decidieron comer los frutos del árbol prohibido, la única cosa que les quedaba por hacer. Y dios se enfureció y les dijo -¿Qué habéis hecho?-. Y respondieron -Nos aburríamos y comimos-. Y dios les dijo -Por cuanto esto hicisteis, malditos seréis por el resto de vuestras vidas-. Y los expulsó del Edén, desnudos, sin pelo que cubriera sus cuerpos. Y de macho y hembra pasaron a ser hombre y mujer. Y dejaron de aullar y de ser a imagen de dios.
Cristina Jurado (España)
Publicado en la revista digital Minatura 117
No hay comentarios:
Publicar un comentario