2646
Persigo los recuerdos evasivos
de un tiempo ya lejano,
y me apresuro a mantenerlos vivos,
parte integral, entonces, de mi mano,
de mis labios, mis sábanas, mi mente;
mas se tornaron sombras en la noche.
A ellos hoy tiendo luminoso puente,
para que a mí regresen, sin reproche.
2647
Por mis húmedos labios merodeas,
en tacto de avidez resbaladiza
que refrena el impulso, paso a paso,
para insistir en flujo de mareas,
que me anega, mas no me inmoviliza,
y por tu propia boca me trasvaso.
2648
Esa leve caricia que es la vida,
con su roce de pétalos dispares,
pasando inadvertida,
brisa sobrevolando los pinares,
se nos mostró en su brevedad, ligera,
y no la retuvimos.
La querremos mañana, mas no espera,
como beso de amante que perdimos.
2649
Hazte de lluvia, empápame, que llego
de atravesar desiertos sofocantes,
y el calor y la sed, lenguas de fuego,
aún me lamen. Las gotas apremiantes
de tu aguacero, a que feliz me entrego,
sean letárgicas o electrizantes,
me harán el hombre nuevo que ambiciono,
dejando atrás reveses y abandono.
2650
Es un pájaro azul este deseo
que en mi entraña, sensual, revolotea,
y no quiero ser jaula restringida.
En tus poderes de rescate creo.
Abre la puerta ya, ven y saquea
esta zona de ti desconocida.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-
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