EL GOCE IMPURO
Obstinación de la palabra, yerro
que desconcierta el pálpito de octubre,
desolado avatar donde se encubre
hasta la franca dimensión del perro.
En oa desierta palidez encierro
los avíos del chacal y de la ubre;
la plática anterior, que a veces cubre
las alas de tu espíritu de hierro.
Quisiera deterner los arenales
o la ficción de conservarte duro
ante la reciedumbre del acaso.
Saborearte quisiera, paso a paso,
desde tu vientre, hasta el lugar impuro
donde yacen los goces eternales.
Del libro ¿Heredarás el reino...? de RUBÉN FAÍLDE BRAÑA-Cuba-
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