ESCÚCHAME
Cuando se hayan esparcido tus restos
en la tierra madre,
cuando sólo quede una rosa blanca
nutrida de tu sustancia,
cuando tu nombre sea sólo un eco
dormido en la sombra del olvido,
seguirá existiendo
la belleza de la rosa,
y el verde follaje de los árboles.
Y se oirá el murmullo de la brisa
y el gorjeo de los pájaros
en los atardeceres plácidos.
Escúchame.
No volverán a oírse tus voces en la madrugada
ni circulará dentro de ti
otra vez
la savia confortable de la vida.
No oirás más la risa de los niños,
ni verás la paz o la lucha entre los hombres
ni sabrás si existe el amor sin lágrimas.
Por todo ello,
ama hoy día, mientras vives, a la rosa y al árbol,
a la tierra y al viento,
a la luz y las flores,
a los hombres y a los pájaros,
al silencio y a la paz.
JOSÉ CASADESÚS PALAU-El Arenal-
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